El amoníaco es la base de los fertilizantes más importantes. Los principales fertilizantes son el amoníaco, el nitrato amónico, la urea, el sulfato amónico y el fosfato amónico. Parece existir un problema medioambiental asociado al uso de nitrógeno, ya que el agua subterránea de muchas áreas de cultivo está contaminada con nitratos, lo que provoca problemas sanitarios cuando el agua se consume como agua de bebida. Hay que convencer a los agri- cultores para que utilicen menos fertilizantes y roten el maíz con leguminosas que fijan nitrógeno, como la soja y el ballico. El nitrato amónico, dotado de actividad oxidante, es explosivo cuando se calienta. Los riesgos de este compuesto como agente explosivo se demostraron en la destrucción de un edificio federal de Oklahoma City, en Estados Unidos, en 1995. Para obtener nitrato amónico resistente a la detonación suelen añadirse ingre- dientes inertes. Hubo asimismo otra explosión industrial, con varias víctimas, en una planta de soluciones de nitrato amónico considerada segura contra la detonación en la que el nitrato amónico se manipulaba en solución al 85 %. Los resultados de la investigación indicaron que el incidente fue provocado por el efecto combinado de una determinada serie de factores de temperatura y contaminación, que no se dan normalmente en la venta al detalle ni en el sector agrícola. El amoníaco anhidro, por su parte, es un gas moderadamente tóxico a temperatura ambiente y debe mantenerse a presión o refrigerado durante su conservación o uso. Es un irritante de la piel, ojos y vías respirato- rias, puede provocar quemaduras y es inflamable. Se aplica direc- tamente sobre el suelo o se utiliza como solución acuosa. En muchas áreas agrícolas se almacena en grandes cantidades. Si este almacenamiento no se realiza correctamente, por ejemplo controlando las fugas y aplicando procedimientos de emergencia cuando se producen éstas, se crean condiciones de peligro.
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