jueves, 30 de abril de 2020

EL SISTEMA DE INFORMACION QUIMICA GESTIS: ESTUDIO DE CASO

GESTIS, el sistema de información sobre sustancias peligrosas de las Berufsgenossenschaften (BG, compañías de seguros de accidente obligatorios) en Alemania, se presenta en este artículo como un estudio de caso de un sistema de información integrado para la prevención de los riesgos generados por las sustancias y los productos químicos en el lugar de trabajo.
Con la promulgación y la aplicación de la normativa sobre sustancias peligrosas en Alemania a mediados del decenio de 1980, aumentó en gran medida la demanda de datos e información sobre este tipo de sustancias. Esta necesidad debía ser satisfecha directamente por las BG en el marco de sus actividades industriales de asesoramiento y supervisión.
Los especialistas, incluidas las personas que trabajan para los servicios de inspección técnica de las BG, los ingenieros de seguridad en el lugar de trabajo, los médicos del trabajo y las personas que cooperan con los equipos de expertos, requieren datos específicos sobre salud. No obstante, la información relativa a los riesgos químicos y las medidas de seguridad apropiadas no son menos importantes para el personal no especializado que trabaja con productos peligrosos. En las fábricas, la eficacia de las normas de protección laboral es lo que cuenta en última instancia; por tanto, es esencial garantizar que los propietarios, el personal responsable de la seguridad, los trabajadores y, en su caso, los comités de empresa, accedan con facilidad a la información pertinente.
En este contexto, GESTIS fue creado en 1987. La mayoría de las instituciones de las BG habían mantenido individualmente bases de datos durante más de 20 años. En el marco de GESTIS, estas bases se combinaron y completaron con nuevos componentes, incluida una base de datos prácticos sobre sustancias y productos, y sistemas de información específicos de ciertas ramas de la industria. GESTIS se organiza en torno a un eje central y un eje periférico, y dispone de datos exhaustivos sobre y para la industria en Alemania. Se estructura y clasifica con arreglo a las distintas ramas de la industria.

miércoles, 29 de abril de 2020

LOCALIZADO DE CONTAMINANTES ATMOSFERICOS - Ventilación por extracción localizada Parte 8

En ocasiones, la velocidad necesaria en la fuente se denomina “de captación” y suele oscilar entre 0,25 y 2,5 m/s. Las directrices para seleccionar una velocidad de aspiración adecuada figuran en el manual de la ACGIH. En las áreas con un exceso de corrientes cruzadas o en el caso de materiales de toxicidad elevada, debe optarse por el extremo superior de la gama. En cuanto a las partículas, deben aplicarse velocidad de captación superiores.

Alguna campanas pueden configurarse como combinación de modelos de cerramiento, exteriores y receptores. Por ejemplo, la cabina de pintura con pistola pulverizadora mostrada en la Figura 61.4 es un cerramiento parcial y, a la vez, una campana receptora. Se ha diseñado para facilitar una aspiración eficaz de las partículas generadas al aprovechar la velocidad de éstas creada por la muela abrasiva rotante en la dirección de la campana.

Es necesario tener cuidado al seleccionar y diseñar los sistemas de aspiración locales. Debe considerarse: a) la capacidad para aislar la operación; b) las características de la fuente (es decir, concentración frente a dispersión) y el modo en que se genera el contaminante; c) la capacidad de los sistemas de ventilación existentes; d) los requisitos en cuanto a espacio, y e) la toxicidad y la inflamabilidad de los contaminantes.

Una vez instalada la campana, se aplicará un programa de mantenimiento y seguimiento rutinario de los sistemas para garantizar su eficacia en la prevención de la exposición de los trabajadores (OSHA 1993). El control de la campana química de laboratorio estándar está normalizado desde el decenio de 1970. No obstante, no existen procedimientos normalizados afines correspondientes a otras formas de aspiración local; por tanto, el usuario debe establecer uno propio. El más eficaz es el control de flujo continuo. Este puede consistir en un método tan sencillo como la instalación de un indicador magnético de presión de agua que mida la presión estática en la campana (ANSI/AIHA 1993). La presión estática requerida (cm de agua) podrá estimarse sobre la base de los cálculos de diseño, y podrán realizarse mediciones de flujo con ocasión de la instalación para verificarlas. Con independencia de que se adapte un control de flujo continuo o no, debe llevarse a cabo algún tipo de evaluación periódica del rendimiento de la campana. Para ello puede recurrirse a la aplicación de humo que permita visualizar la aspiración o a la medición del flujo total en el sistema y su comparación con el previsto en el diseño. En el caso de los cerramientos, suele resultar conveniente medir la velocidad frontal a través de las aberturas.
Asimismo, el personal debe recibir formación sobre la correcta utilización de estos tipos de campanas, sobre todo en los casos en que la distancia de éstas a la fuente puede ser modificada con facilidad por el usuario.

Si los sistemas de aspiración local se diseñan, instalan y utilizan apropiadamente, pueden constituir un medio eficaz y económico de controlar las exposiciones a sustancias químicas.

martes, 28 de abril de 2020

LOCALIZADO DE CONTAMINANTES ATMOSFERICOS - Ventilación por extracción localizada Parte 7

Relaciones similares son aplicables en las campanas rectangulares y en las de techo altas. Un ejemplo de este último tipo puede observarse en la Figura 61.5.
Las campanas de rendija se utilizan en el control de operaciones que no pueden llevarse a cabo dentro de una campana de contención o debajo de una campana de techo. Son casos característicos de estas operaciones el llenado de barriles, la galvanoplastia, la soldadura y el desengrasado. En las Figuras 61.6 y 61.7 se ofrecen ejemplos de estas actividades. El flujo requerido puede calcularse mediante una serie de ecuaciones determinadas empíricamente en función del tamaño y de la forma de la campana y de la distancia entre ésta y la fuente. Así, en el caso de una campana de rendija con pestaña, el caudal se estima mediante la fórmula

lunes, 27 de abril de 2020

LOCALIZADO DE CONTAMINANTES ATMOSFERICOS - Ventilación por extracción localizada Parte 6

Muchos fabricantes de equipos reco- miendan configuraciones específicas para las campanas de aspiración adecuadas a las unidades que producen. Debe consultárseles para recibir asesoramiento. Las directrices de diseño también se encuentran en el capítulo 3 del manual de la ACGIH (ACGIH 1992). Por ejemplo, en el caso de una autoclave o un horno en los que la distancia entre la campana y la fuente de calor no excede, aproximadamente, de la menor de las magnitudes entre el diámetro de la fuente o 1 m, la campana puede considerarse de techo baja. En estas condiciones, el diámetro o la sección transversal de la columna de aire caliente será prácticamente igual al de la fuente. Por tanto, el diámetro o las dimensiones de los laterales de la campana sólo deben ser superiores en 0,3 m a las de la fuente.

domingo, 26 de abril de 2020

LOCALIZADO DE CONTAMINANTES ATMOSFERICOS - Ventilación por extracción localizada Parte 5

Las primeras se utilizan principalmente en la absorción de gases, vapores y aerosoles emitidos en una dirección con una velocidad que puede aprovecharse para facilitar dicha absorción. En ocasiones, estos dispositivos se denominan campanas “receptoras”. Este tipo suele emplearse cuando el proceso que debe controlarse se desarrolla a temperaturas elevadas, con el fin de aprovechar la corriente aérea ascendente provocada por el calor, o cuando las emisiones se dirigen hacia arriba por la naturaleza del proceso. Son ejemplos de las operaciones que pueden controlarse de este modo las estufas de secado, los hornos de e) la fusión y las autoclaves.


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sábado, 25 de abril de 2020

LOCALIZADO DE CONTAMINANTES ATMOSFERICOS - Ventilación por extracción localizada Parte 4

Con frecuencia, el cerramiento total de la fuente no es posible o no es necesario. En estos casos, puede utilizarse otra forma de aspiración localizada, como una campana exterior o de captura. La primera evita la emisión de materiales tóxicos en el lugar de trabajo mediante su captura o arrastre en la fuente de generación o cerca de la misma, normalmente un puesto de trabajo o una operación incluida en un proceso. El volumen de aire que suele requerirse es considerablemente inferior al necesario en el caso del cerramiento parcial. No obstante, puesto que el contaminante se genera fuera de la campana, ésta debe diseñarse y utilizarse apropiadamente para ser tan eficaz como un cerra- miento parcial. La forma más eficaz de control es un cerra- miento completo.

Para funcionar eficazmente, la entrada de aire de una campana exterior debe tener un diseño geométrico adecuado y situarse cerca del lugar de emisión de sustancias químicas. La distancia de separación dependerá del tamaño y de la forma de la campana y de la velocidad del aire necesaria en la fuente de generación para capturar el contaminante y atraerlo hacia la campana. En general, cuanto más cerca de la fuente de generación, mejor. Las velocidades de los modelos frontales y de rendija suelen oscilar entre 0,25 y 1,0 y 5,0 y 10,0 m/s, respectivamente. Se ofrecen numerosas directrices en cuanto al diseño de este tipo de campanas de aspiración en el capítulo 3 del manual de la ACGIH (ACGIH 1992) y en Burgess, Ellenbecker y Treitman (1989). Dos tipos de campanas exteriores de aplicación frecuente son las de “techo” y las de “rendija”.

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viernes, 24 de abril de 2020

LOCALIZADO DE CONTAMINANTES ATMOSFERICOS - Ventilación por extracción localizada Parte 3

Muchos diseños de cerramiento se evalúan en la práctica y, si se demuestra su eficacia, son incluidos como prototipos en el manual de ventilación industrial de la Conferencia Americana de Higienistas Industriales del Gobierno (ACGIH 1992).


jueves, 23 de abril de 2020

LOCALIZADO DE CONTAMINANTES ATMOSFERICOS - Ventilación por extracción localizada Parte 2

En cerramientos complejos, deben extremarse las precauciones para garantizar que el flujo de salida se distribuye homogéneamente en todo su interior, sobre todo si las aberturas se encuentran repartidas.



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miércoles, 22 de abril de 2020

LOCALIZADO DE CONTAMINANTES ATMOSFERICOS - Ventilación por extracción localizada


La forma más eficaz y rentable de control de contaminantes es la VEL. Consiste en la captura del contaminante químico en su fuente de generación. Hay tres tipos de sistemas de VEL:
1. cerramientos;
2. campanas exteriores,
3. campanas receptoras.

Los cerramientos constituyen la forma de VEL preferible. Se diseñan fundamentalmente para contener los materiales que se generan en su interior. Cuanto más completos sean, mejor será la retención del contaminante. Los cerramientos completos son los que carecen de aberturas. Son ejemplos de este tipo las cajas de manipulación con guantes, las cámaras de chorreo abrasivo y las cámaras de almacenamiento de gases tóxicos (véanse las Figuras 61.1, 61.2 y 61.3). En los cerramientos parciales, uno o varios lados están abiertos, pero la fuente se mantiene en su interior. Son ejemplos de este tipo de cerramientos las cabinas de pintura con pistola pulverizadora (véase la Figura 61.4) y una campana de laboratorio. A menudo, puede parecer que el diseño de los cerramientos responde más a fines artísticos que a criterios cien- tíficos. El principio básico es diseñar campanas con las aberturas más reducidas posibles. El caudal de aire requerido suele basarse en el área del conjunto de aperturas y en el mantenimiento de una velocidad del flujo de aire al pasar por éstas que oscile entre 0,25 y 1,0 m/s. La velocidad de control elegida dependerá de las características de la tarea, incluida la temperatura y las condiciones en que el contaminante es liberado y dispersado.


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martes, 21 de abril de 2020

LOCALIZADO DE CONTAMINANTES ATMOSFERICOS - Equipos de protección personal

Los equipos de protección personal (EPP) se consideran la última línea de defensa en el control de la exposición de los trabajadores. Comprenden la utilización de dispositivos respiratorios y ropa protectora. Suelen combinarse con otras prácticas de control, en particular con el fin de reducir al mínimo los efectos de emisiones o accidentes imprevistos. Estas cuestiones se analizar con mayor detenimiento en el capítulo dedicado a la protección personal.

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lunes, 20 de abril de 2020

LOCALIZADO DE CONTAMINANTES ATMOSFERICOS - Prácticas de trabajo


El control de las prácticas de trabajo comprende la supervisión de los métodos que emplean los trabajadores para llevar a cabo las distintas tareas y de la medida en que se atienen a los procedimientos correctos. En esta Enciclopedia se ofrecen diversos ejemplos de este procedimiento de control al analizar procesos generales o específicos. Al abordar conceptos generales como la educación y la formación, los principios de gestión y los sistemas de ayuda social se examina la importancia de las prácticas de trabajo en el control de las exposiciones.



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domingo, 19 de abril de 2020

LOCALIZADO DE CONTAMINANTES ATMOSFERICOS - Ventilación


Habitualmente se emplean dos tipos de ventilación aspirante para reducir al mínimo los niveles de exposición a contaminantes atmosféricos. El primero se denomina ventilación general o por dilución. El segundo se conoce como control de la fuente o ventilación por extracción localizada (VEL) y se analiza con mayor detalle más adelante en el presente artículo.

Estos dos tipos no deben confundirse con la ventilación de climatización, cuyo fin principal es el suministro de cantidades medidas de aire externo para respirar y mantener una temperatura y una humedad específicas. En otros artículos de esta Enciclopedia se analizan diversas formas de ventilación.

sábado, 18 de abril de 2020

LOCALIZADO DE CONTAMINANTES ATMOSFERICOS - Aislamiento

El principio de aislamiento consiste en eliminar o reducir el riesgo mediante la separación del proceso emisor de contaminantes del trabajador. Para ello, puede optarse por el cerramiento total del proceso o por su localización a una distancia de seguridad de las personas. No obstante, estas opciones pueden exigir la operación y/o el control remoto del proceso. El aislamiento resulta especialmente útil en las tareas que requieren pocos trabajadores y cuando el control por otros medios es difícil. Otra posibilidad consiste en efectuar las operaciones peligrosas en turnos poco concurridos para limitar el número de trabajadores expuestos. En ocasiones, la utilización de esta técnica no elimina la exposición, pero reduce la cantidad de personas afectadas.

viernes, 17 de abril de 2020

Sustitución


Este principio consiste en eliminar o reducir el riesgo mediante la sustitución por materiales inocuos o menos tóxicos o el rediseño del proceso para impedir la fuga de contaminantes en el lugar de trabajo. En teoría, las sustancias químicas sustitutas no serán tóxicas y el rediseño del proceso evitará plenamente la exposición. No obstante, puesto que estos objetivos no siempre son alcanzables, se recurrirá a otros controles incluidos en la jerarquía referida.
Deben extremarse las precauciones para asegurar que la sustitución no de lugar a una situación de mayor riesgo. Aunque aquí se analiza el peligro de toxicidad, la inflamabilidad y la reactividad química de los sustitutos también deben considerarse al valorar el riesgo.

jueves, 16 de abril de 2020

METODOS PARA EL CONTROL • LOCALIZADO DE CONTAMINANTES ATMOSFERICOS

En general, los profesionales de la salud en el trabajo han confiado en la siguiente jerarquía de técnicas de control para eliminar o minimizar las exposiciones de los trabajadores: sustitución, aislamiento, ventilación, prácticas de trabajo, y ropas y equipos de protección personal. Suele aplicarse una combinación de dos o más de estas técnicas. Aunque en este artículo se analiza fundamentalmente la utilización de los métodos de ventilación, los demás planteamientos se refieren brevemente. No deben pasarse por alto al intentar controlar la exposición a sustancias químicas mediante la ventilación.

El profesional de la salud en el trabajo siempre debe considerar el concepto de la cadena fuente–medio–receptor. El objeto de atención principal será el control de la fuente, y al control del medio se concederá una importancia secundaria. El control del receptor debe considerarse como el último recurso. Ya sea en las fases de inicio o diseño de un proceso o durante la evaluación de un proceso existente, el procedimiento de control de la exposición a contaminantes atmosféricos debe comenzar en la fuente y avanzar hasta el receptor. Es probable que la totalidad o la mayor parte de estas estrategias de control deban ser utilizadas.

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miércoles, 15 de abril de 2020

Materiales incompatibles Parte 2

Evitar que dos materiales incompatibles se mezclen debido a la rotura simultánea de recipientes adyacentes o la fuga de vapores de botellas próximas entre sí es sencillo: los recipientes deben mantenerse separados. No obstante, en primer lugar es necesario identificar el par incompatible; esta tarea no siempre es sencilla u obvia. Para reducir al mínimo la posibilidad de pasar por alto un par incompatible, debe consultarse y hojearse de vez en cuando compendios sobre la cuestión para familiarizarse con los ejemplos menos conocidos. Para prevenir el contacto por fuga o rotura entre una sustancia química y el material incompatible con el que esté construido el estante en el que se apoya su recipiente, se colocará éste en un depósito de vidrio con la capacidad suficiente para dar cabida a la totalidad de su contenido.
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martes, 14 de abril de 2020

Materiales incompatibles Parte 1

Son incompatibles dos sustancias que, al entrar en contacto o mezclarse, generan un efecto dañino o potencialmente dañino. Los dos miembros de un par incompatible pueden ser sustancias químicas, o una sustancia química y un material de construcción como la madera o el acero. La mezcla o el contacto de dos materiales incompatibles da lugar a una reacción química o a una interacción física que genera una gran cantidad de energía. Los efectos perniciosos específicos o potenciales de estas combinaciones, que pueden provocar en última instancia accidentes graves o daños para la salud, incluyen la liberación de grandes cantidades de calor, incendios, explosiones, producción de gases inflamables y generación de gases tóxicos.

Puesto que en un laboratorio suele encontrarse una amplia gama de sustancias, la existencia de incompatibilidades entre ellas es muy habitual y representa un riesgo para la vida y la salud si no se tratan correctamente.

Rara vez se mezclan deliberadamente materiales incompatibles. Normalmente, su combinación es el resultado de una rotura accidental simultánea de dos recipientes adyacentes. En ocasiones, se debe a fugas o pérdidas, o a la mezcla de gases o vapores procedentes de botellas cercanas entre sí. Aunque en muchos de los casos en que se combinan dos elementos incompatibles los efectos perjudiciales pueden observarse con facilidad, al menos en uno de ellos, la detección de la formación de un tóxico crónico no resulta tan sencilla. Es el caso que consiste en la reacción del gas formaldehído derivado de la formalina al 37 % con el cloruro de hidrógeno desprendido del ácido clorhí- drico concentrado, que da lugar a la formación del potente cancerígeno bis(clorometil) éter. Otros casos de efectos de detec- ción no inmediata consisten en la generación de gases inodoros e inflamables.

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lunes, 13 de abril de 2020

Prevención de lesiones - Prevención de incendios y explosiones y extinción de incendios. Parte 2

La mayoría de incendios relacionados con sustancias químicas o disolventes que se producen en el laboratorio y son de una magnitud moderada pueden apagarse con extintores de dióxido de carbono o de polvo. Los laboratorios deben equiparse con uno o varios extintores de cualquiera de los dos tipos, dependiendo de su tamaño. Ciertos incendios especiales exigen la aplicación de otros agentes extintores. Muchos incendios en los que se queman metales se apagan con arena o grafito. La ignición de hidruros metálicos requiere el empleo de grafito o caliza en polvo.
Cuando se prenden ropas en un laboratorio, las llamas deben apagarse con rapidez para reducir al mínimo las lesiones
producidas por las quemaduras térmicas. Una manta colgada en la pared con la que envolver a la víctima extingue este tipo de fuegos con eficacia. Puede utilizarse para sofocar las llamas por la persona cuyas ropas han prendido. También es posible emplear las duchas de seguridad para resolver este tipo de problemas. Existen límites respecto al volumen total de líquidos inflamables que pueden almacenarse en condiciones de seguridad en cada laboratorio. Estos límites, generalmente estipulados en las normativas locales contra incendios, son variables
y dependen de los materiales de construcción de la instalación y de su equipación con un sistema de extinción de incendios automático. Suelen oscilar entre los 55 y los 135 litros.
El gas natural suele suministrarse a través de varias válvulas localizadas en diversas partes de un laboratorio convencional. Estos accesos constituyen las fuentes más comunes de fuga, junto con los tubos de goma y los quemadores a los que están conectados. Estos escapes, cuando no se detectan poco después de su inicio, provocan explosiones graves. Los detectores de gas, diseñados para indicar el nivel de concentración de éste en el aire, pueden utilizarse para localizar el origen de la fuga con rapidez. Prevención de lesiones debidas a diversas fuentes. Los daños provocados por la caída de botellas de gas a alta presión de gran tamaño, una de las causas de accidente más habituales de las comprendidas en este grupo, pueden evitarse con facilidad atando o encadenando firmemente estos recipientes a una pared
o un banco de trabajo del laboratorio y tapando todas las botellas vacías no utilizadas.
La mayoría de las lesiones provocadas por los fragmentos cortantes de tubos de cristal se producen por la rotura de éstos al colocarles corchos o tapones de caucho. Para prevenirlas, debe recurrirse a la lubricación del tubo con glicerol y a la protección de las manos con guantes de trabajo de cuero.

domingo, 12 de abril de 2020

Prevención de lesiones - Prevención de incendios y explosiones y extinción de incendios. Parte 1

La causa principal de incendio en un laboratorio es la ignición accidental de líquidos inflamables. En lo que respecta a la seguridad contra incendios, éstos se definen como aquellos líquidos con puntos de inflamación inferiores a 36,7 ºC. Las fuentes de ignición que provocan este tipo de suceso consisten en llamas desnudas, superficies calientes, chispas eléctricas generadas por interruptores y motores que forman parte de equipos como agitadores, frigoríficos domésticos y ventiladores eléctricos, y chispas producidas por electricidad estática. La ignición de un líquido inflamable no se produce en el líquido en sí, sino sobre éste, en la mezcla de sus vapores con el aire (cuando la concentración de vapor se encuentra entre ciertos límites superiores e inferiores).

La prevención de incendios en un laboratorio se basa en la retención completa de los vapores de líquidos inflamables en los recipientes que los contienen o en los aparatos en que son utilizados. Si esta retención completa no es posible, el coeficiente de fuga debe minimizarse en la medida de lo posible y debe suministrarse una corriente de aire continua y potente para eliminar dichos vapores, de forma que pueda mantenerse su concentración en todo momento muy por debajo del límite inferior de concentración crítica. Estos objetivos se cumplen cuando las reacciones en las que intervienen líquidos inflamables se llevan a cabo en campanas de humos y cuando los bidones que contienen estos líquidos se almacenan en cámaras con salida a un aparato aspirador.

Una práctica particularmente insegura es el almacenamiento de líquidos inflamables como el etanol en frigoríficos de tipo doméstico. Estos aparatos no mantienen los vapores generados lejos del contacto con las chispas generadas por sus interruptores, motores y relés. Por tanto, nunca deben conservarse recipientes de líquidos inflamables en este tipo de frigoríficos. Esta afirmación es especialmente válida en el caso de los recipientes y bandejas abiertos que contienen dichos líquidos. No obstante, incluso las botellas con tapones de rosca, guardadas en estos frigoríficos, han causado explosiones, supuestamente por la fuga de vapores a través de un cierre defectuoso o por la rotura de estos recipientes. Los líquidos inflamables que requieren refrigeración sólo se almacenarán en frigoríficos a prueba de explosiones.
Las chispas producidas por la acumulación de carga eléctrica debida al movimiento de un fluido constituyen un factor signifi- cativo causante de incendios, que actúa cuando se vierten o sifonan grandes cantidades de líquido inflamable de un bidón a otro. Este tipo de generación de chispas puede evitarse mediante la utilización de bidones con toma de tierra para descarga eléctrica.

sábado, 11 de abril de 2020

Prevención de lesiones - Protección contra la intoxicación y las quemaduras químicas. Parte 2

La vía boca–estómago–intestinos suele estar relacionada con la intoxicación más que con el ataque de sustancias corrosivas. La ingestión de materiales tóxicos suele producirse de manera inconsciente a través de la contaminación química de alimentos o cosméticos. Las fuentes de esta contaminación son los alimentos almacenados en frigoríficos junto con sustancias químicas, los que se consumen en el laboratorio y las barras de labios que se guardan o aplican en este tipo de instalación. La prevención en estos casos consiste en evitar las prácticas que los provocan, por ejemplo, utilizando ciertos frigoríficos exclusiva- mente para la conservación de alimentos y reservando lugares para comer fuera del laboratorio.

En lo que respecta a intoxicaciones y quemaduras químicas, la vía nariz–bronquios–pulmones, se ve afectada exclusivamente por las sustancias en suspensión en el aire, ya sea en forma de gases, vapores, polvo o neblina. Estos materiales pueden mantenerse alejados del sistema respiratorio de los trabajadores dentro y fuera del laboratorio mediante la práctica simultánea de: a) limitar la realización de las operaciones que los producen a las campanas de humos; b) ajustar el suministro de aire del labora- torio, de forma que la atmósfera en éste se renueve de 10 a 12 veces por hora, y c) mantener una presión atmosférica negativa en el laboratorio respecto a los pasillos y las salas que lo rodean. Las tareas que producen humo o polvo y exigen la utilización de aparatos muy voluminosos o recipientes del tamaño de un bidón de 218 litros, que son demasiado grandes para su utilización en una campana de humos ordinaria, deben llevarse a cabo en salas especiales dotadas de este tipo de sistemas de extracción. En general, los respiradores o los aparatos de respiración autónomos no deben emplearse en tareas de laboratorio que no tengan un carácter de emergencia.

La intoxicación crónica por mercurio, debida a la inhalación de vapores de este material, ocurre ocasionalmente en los laboratorios. Se produce cuando el mercurio acumulado en un lugar oculto (debajo del revestimiento del suelo, en cajones o en un armario) ha emitido vapores durante un período de tiempo suficiente para afectar a la salud del personal. Un servicio de mantenimiento adecuado evitará este problema. Si se sospecha de la existencia de una fuente de mercurio oculta, debe comprobarse si este elemento está presente en la atmósfera del laboratorio mediante la utilización de un detector especial diseñado al efecto
o la remisión de una muestra de aire para su análisis.


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viernes, 10 de abril de 2020

Prevención de lesiones - Protección contra la intoxicación y las quemaduras químicas.

Para mejorar la protección contra la contaminación de la piel debida al rociado de un determinado líquido corrosivo o la presencia de un sólido tóxico en suspensión en el aire, es conveniente utilizar guantes de seguridad y un peto de laboratorio realizados en goma o polímeros naturales o sintéticos apropiados. Por apropiado se entiende un material que no se disuelva, ni se hinche ni sufra ninguna otra modificación debida a la acción de la sustancia de la que debe proteger, ni sea permeable a la misma. La utilización de una pantalla de seguridad en la mesa de trabajo del laboratorio, interpuesta entre los aparatos en los que las sustancias químicas se calientan, reaccionan o se destilan y el investigador es una medida de salva- guarda adicional contra las quemaduras químicas y la intoxicación por contaminación de la piel. Puesto que la velocidad con que se elimina una sustancia corrosiva o tóxica de la piel constituye un factor esencial en la prevención o la minimización de los daños que ésta puede provocar, una ducha de seguridad, ubicada en un lugar adecuado en el laboratorio, es un componente indispensable del equipo de seguridad.
Los ojos pueden protegerse mejor de las salpicaduras de líquido mediante el empleo de gafas de montura ajustada y de máscaras faciales. Entre los contaminantes atmosféricos, además de los gases y vapores, figuran los sólidos y los líquidos cuando se presentan subdivididos en pequeñas partículas en forma de polvo o rocío. La forma más eficaz de evitar su contacto con los ojos consiste en trabajar en una campana de humos o en una caja de manipulación con guantes, si bien las gafas de montura ajustada también ofrecen cierta protección en estos casos. Las gafas pueden utilizarse para mejorar la protección al emplear la campana. La presencia de fuentes para el lavado de ojos de fácil acceso en el laboratorio suele eliminar y reduce sin lugar a dudas los daños en esta parte del cuerpo provocados por la contaminación que generan las salpicaduras de sustancias corrosivas y tóxicas.

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jueves, 9 de abril de 2020

Prevención de lesiones - Prevención de quemaduras químicas e intoxicaciones agudas frente a la prevención de intoxicaciones crónicas


Aunque el planteamiento básico de aislar la sustancia peligrosa de la persona que debe protegerse es el mismo en la prevención de intoxicaciones agudas, quemaduras químicas e intoxicaciones crónicas, su aplicación debe diferir en cierta medida en este último caso. Mientras que los dos primeros pueden compararse con un ataque masivo en una guerra, el envenenamiento crónico se asemeja a un asedio. Suele deberse a la actuación de concentraciones muy inferiores que ejercen su influencia a través de múltiples exposiciones a lo largo de amplios períodos de tiempo, y sus efectos comienzan a acusarse de manera gradual e insidiosa mediante una acción sostenida y sutil. La adopción de medidas correctivas exige, en primer lugar, la detección de la sustancia química capaz de provocar la intoxicación crónica antes de la aparición de los síntomas y el reconocimiento de uno o varios aspectos del malestar de un trabajador como posibles síntomas físicos debidos a la misma. Si se sospecha la existencia de una intoxicación crónica, debe procurarse atención médica con prontitud. Cuando se detecta un tóxico de este tipo en una concentración que excede o se aproxima al nivel admisible, deben emprenderse las acciones necesarias para eliminarlo o, al menos, reducir su concentración hasta alcanzar un nivel seguro. La prevención de la intoxicación crónica suele exigir el empleo de los equipos de protección durante toda la jornada de trabajo o gran parte de la misma; no obstante, por razones de comodidad, el uso de una caja de manipulación con guantes o un aparato de respiración autónomo no siempre es factible.

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miércoles, 8 de abril de 2020

Prevención de lesiones -Prevención de intoxicaciones y quemaduras químicas.

Las intoxicaciones y las quemaduras químicas poseen una característica en común: comparten los mismos lugares de acceso o ataque: a) la piel; b) los ojos; c) de la boca al estómago y los intestinos, y d) de la nariz a los bronquios y los pulmones. La prevención consiste en lograr que estas zonas sean inaccesibles para las sustancias tóxicas o corrosivas. Para conseguirlo, deben colocarse una o varias barreras físicas entre la persona protegida y la sustancia peligrosa o garantizar que la atmósfera del laboratorio no esté contaminada. Los procedimientos en los que se utilizan estos métodos incluyen el trabajo detrás de una pantalla de seguridad, el empleo de una campana de ventilación o la combinación de ambos sistemas. Obviamente, la utilización de una caja de manipulación con guantes ofrece una protección doble. La minimización de los daños de la lesión, en caso de que se produzca una contaminación de tejidos, se consigue mediante la eliminación de la sustancia tóxica o corrosiva con la mayor rapidez y exhaustividad posible.

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martes, 7 de abril de 2020

Prevención de lesiones - Sesiones de seguridad y divulgación de información.

La prevención de lesiones depende simultáneamente de la ejecución de las tareas propias de un laboratorio de un modo seguro y prudente y de la formación impartida a los trabajadores sobre la metodología correcta que debe seguirse en este tipo de instalación. Aunque hayan iniciado esta formación en la enseñanza preuniversitaria y universitaria, su capacitación debe completarse y consolidarse mediante la celebración periódica de sesiones de seguridad. En éstas, además de hacer hincapié en la comprensión de las bases físicas y biológicas de una práctica segura en el laboratorio, debe capacitarse al personal para rechazar con facilidad procedimientos cuestionables y seleccionar los métodos técnicamente aconsejables de una manera natural. En las sesiones también se instruirá a los trabajadores sobre los tipos de datos necesarios para diseñar procedimientos seguros y las fuentes de esta información.
Asimismo, se facilitará su acceso directo, desde sus lugares de trabajo, a la información técnica y de seguridad pertinente. Se les proporcionarán materiales como manuales de seguridad en el laboratorio, fichas de información químicas e informes toxicológicos y de riesgo de incendios.

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lunes, 6 de abril de 2020

Causas de enfermedad y lesión en el laboratorio - Lesiones en el laboratorio debidas a otras causas.

Un tercer tipo de lesiones no son provocadas ni por la acción de las sustancias químicas ni por la combustión. Por el contrario, se deben a la acción de otros factores diversos: mecánicos, eléctricos, fuentes de luz de alta energía (ultravioleta y láseres), quemaduras térmicas por contacto con superficies calientes, explosiones repentinas de recipientes químicos de cristal tapados con tapones metálicos roscados debidas al aumento inesperado de presiones internas de gases elevadas, heridas debidas al contacto con un borde afilado de un tubo de cristal recién roto. Entre las fuentes de lesión de origen mecánico más graves se cuentan las botellas altas de gas a alta presión que se inclinan y acaban cayendo al suelo. Este tipo de sucesos pueden dar lugar a la lesión de piernas y pies; además, si la parte central de la botella se rompe en la caída, ésta, impulsada por el escape de gas rápido, masivo e incontrolado, se convierte en un misil letal sin dirección y en una fuente potencial de daños más graves y generalizados.


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domingo, 5 de abril de 2020

Causas de enfermedad y lesión en el laboratorio - Lesiones debidas a incendios o explosiones.

Los incendios y las explosiones pueden provocar quemaduras térmicas. No obstante, algunas de las lesiones causadas por las explosiones son muy características de este tipo de accidente; son generadas por la fuerza de choque de la detonación en sí o por algunos de sus efectos, como el lanzamiento de fragmentos de cristal, causando la pérdida de dedos o de miembros en el primer caso y los desgarros de la piel y la pérdida de visión en el segundo.

sábado, 4 de abril de 2020

Causas de enfermedad y lesión en el laboratorio - Ataque de las sustancias químicas al organismo.

 Estos ataques tienen lugar cuando los tóxicos son absorbidos por el organismo e interfieren en su funcionamiento ordinario mediante la perturbación del metabolismo u otros mecanismos. Las quemaduras químicas o las grandes destrucciones de tejido suelen producirse por contacto con ácidos o álcalis fuertes. Los materiales tóxicos que han penetrado en el organismo mediante absorción a través de la piel, los ojos o las membranas mucosas, ingestión o inhalación, pueden provocar una intoxicación generalizada, normal- mente debido a su propagación a través del sistema circulatorio. Existen dos tipos generales de intoxicación: aguda y crónica. La primera se caracteriza por la aparición de efectos perniciosos durante o justo después de una exposición específica a una sustancia tóxica. La segunda se hace evidente sólo con el paso del tiempo, y puede demorarse semanas, meses, años o incluso decenios. Se dice que la intoxicación crónica ocurre cuando se cumplen las condiciones siguientes: la víctima ha sido objeto de múltiples exposiciones durante períodos de tiempo prolongados y ha estado en contacto con cantidades metabólicamente significativas de un tóxico crónico.
Las quemaduras químicas, que suelen acaecer cuando sustancias líquidas corrosivas se derraman o salpican la piel o los ojos, también se producen cuando estos tejidos entran en contacto con sólidos corrosivos, cuyo tamaño oscila entre partículas de polvo y cristales de considerable tamaño, con líquidos corrosivos nebulizados en el aire, o con gases corrosivos como el cloruro de hidrógeno. Los bronquios, pulmones, lengua, garganta y epiglotis pueden sufrir asimismo la acción de sustancias químicas corrosivas en estado gaseoso, líquido o sólido. Obvia- mente, las sustancias químicas tóxicas también pueden introducirse en el organismo en cualquiera de estos tres estados físicos, y en forma de polvo o líquido nebulizado.

viernes, 3 de abril de 2020

Causas de enfermedad y lesión en el laboratorio

Las medidas de prevención de las lesiones personales, las enfermedades y la ansiedad constituyen una parte esencial de los planes de funcionamiento ordinario de un laboratorio adecuadamente gestionado. Entre las personas afectadas por la falta de seguridad y de higiene en este tipo de instalación figuran no sólo los que trabajan en la misma, sino también el personal ubicado en lugares cercanos y las personas que prestan servicios mecánicos y de vigilancia. Puesto que las lesiones personales en los laboratorios se deben en gran medida a un contacto inapropiado entre las sustancias químicas y las personas, a una mezcla inadecuada de estas sustanciasoa un suministro incorrecto de energía a las mismas, la protección de la salud exige la prevención de tales interacciones no deseadas. La consecución de este objetivo requiere, a su vez, una conservación adecuada de dichas sustancias, una combinación pertinente de las mismas y una regulación exhaustiva de la energía que se les proporciona. Los tipos principales de lesión personal en un laboratorio son la intoxicación, las quemaduras químicas, y las derivadas de incendios o explosiones. Este tipo de accidentes provocan quemaduras térmicas, laceraciones, conmociones y otros daños corporales graves.


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jueves, 2 de abril de 2020

HIGIENE EN EL LABORATORIO - Creación de un laboratorio seguro y sano Parte 4

Asimismo, debe aplicarse un sistema de archivo de registros de actividades relacionadas con la seguridad. No es necesario que esté presente en el laboratorio o que sea de acceso inmediato para sus trabajadores. Los registros son de utilidad fundamentalmente para el personal encargado de supervisar la seguridad y la higiene química en el laboratorio y para su examen por los inspectores del organismo regulador correspondiente. Por tanto, deben ponerse a disposición con facilidad y mantenerse actualizados. Es aconsejable que los archivos se conserven fuera del laboratorio, con el fin de reducir la posibilidad de su destrucción en caso de incendio. Entre los documentos archivados deberán figurar: los informes de las inspecciones efectuadas por el comité de seguridad, los informes de las inspecciones llevadas a cabo por organismos reguladores locales como departamentos de bomberos y entidades estatales y federales, los registros relativos a la evacuación de desechos peligrosos, los registros de los impuestos exigidos respecto a diversos tipos de desechos peligrosos, en su caso, una segunda copia del inventario de sustancias químicas presentes en el laboratorio, y copias de otros documentos pertinentes relacionados con la instalación y con su personal (p. ej., los registros de asistencia del personal a la sesiones anuales de seguridad en el laboratorio).



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miércoles, 1 de abril de 2020

HIGIENE EN EL LABORATORIO - Creación de un laboratorio seguro y sano Parte 3

Estas sustancias, cuando no se manipulan correctamente, pueden causar sin dificultad accidentes importantes que den lugar a lesiones graves, pérdidas de vidas o grandes daños materiales. Es necesario extremar las precauciones al utilizarlas. En esta clase se incluyen el tetracarbonilo de níquel (un líquido volátil extremadamente tóxico, cuyos vapores han sido letales en concentraciones tan bajas como 1 ppm) y el trietilaluminio (un líquido que prende espontáneamente al exponerse al aire y reacciona explosivamente con el agua).

Una de las tareas más importantes del comité de seguridad es redactar el plan de higiene química y seguridad del laboratorio, un documento exhaustivo en el que se describe con detalle su política en la materia y los procedimientos normalizados para llevar a cabo las operaciones del laboratorio y cumplir las obligaciones reglamentarias; se incluyen aquí las directrices sobre utilización de las sustancias comprendidas en cualquiera de las tres categorías de riesgo, inspección del equipo de seguridad y actuación en caso de vertido químico, la política de gestión de residuos químicos, las normas relativas a la calidad del aire y los registros exigidos por las disposiciones vigentes. El plan debe conservarse en el laboratorio y, en caso contrario, será de fácil acceso para todos los miembros de su plantilla. Otras fuentes de información impresa son las fichas de información química
[denominadas asimismo fichas técnicas de seguridad (FTS)], el manual de seguridad del laboratorio, los datos toxicológicos y la información sobre el riesgo de incendio. El inventario de sustancias químicas del laboratorio y las tres listas derivadas asociadas (clasificación en función de la clase química, el tipo de seguridad respecto a incendios y los tres grados de riesgo) también debe estar a disposición junto con las referencias anteriores.