miércoles, 29 de abril de 2020

LOCALIZADO DE CONTAMINANTES ATMOSFERICOS - Ventilación por extracción localizada Parte 8

En ocasiones, la velocidad necesaria en la fuente se denomina “de captación” y suele oscilar entre 0,25 y 2,5 m/s. Las directrices para seleccionar una velocidad de aspiración adecuada figuran en el manual de la ACGIH. En las áreas con un exceso de corrientes cruzadas o en el caso de materiales de toxicidad elevada, debe optarse por el extremo superior de la gama. En cuanto a las partículas, deben aplicarse velocidad de captación superiores.

Alguna campanas pueden configurarse como combinación de modelos de cerramiento, exteriores y receptores. Por ejemplo, la cabina de pintura con pistola pulverizadora mostrada en la Figura 61.4 es un cerramiento parcial y, a la vez, una campana receptora. Se ha diseñado para facilitar una aspiración eficaz de las partículas generadas al aprovechar la velocidad de éstas creada por la muela abrasiva rotante en la dirección de la campana.

Es necesario tener cuidado al seleccionar y diseñar los sistemas de aspiración locales. Debe considerarse: a) la capacidad para aislar la operación; b) las características de la fuente (es decir, concentración frente a dispersión) y el modo en que se genera el contaminante; c) la capacidad de los sistemas de ventilación existentes; d) los requisitos en cuanto a espacio, y e) la toxicidad y la inflamabilidad de los contaminantes.

Una vez instalada la campana, se aplicará un programa de mantenimiento y seguimiento rutinario de los sistemas para garantizar su eficacia en la prevención de la exposición de los trabajadores (OSHA 1993). El control de la campana química de laboratorio estándar está normalizado desde el decenio de 1970. No obstante, no existen procedimientos normalizados afines correspondientes a otras formas de aspiración local; por tanto, el usuario debe establecer uno propio. El más eficaz es el control de flujo continuo. Este puede consistir en un método tan sencillo como la instalación de un indicador magnético de presión de agua que mida la presión estática en la campana (ANSI/AIHA 1993). La presión estática requerida (cm de agua) podrá estimarse sobre la base de los cálculos de diseño, y podrán realizarse mediciones de flujo con ocasión de la instalación para verificarlas. Con independencia de que se adapte un control de flujo continuo o no, debe llevarse a cabo algún tipo de evaluación periódica del rendimiento de la campana. Para ello puede recurrirse a la aplicación de humo que permita visualizar la aspiración o a la medición del flujo total en el sistema y su comparación con el previsto en el diseño. En el caso de los cerramientos, suele resultar conveniente medir la velocidad frontal a través de las aberturas.
Asimismo, el personal debe recibir formación sobre la correcta utilización de estos tipos de campanas, sobre todo en los casos en que la distancia de éstas a la fuente puede ser modificada con facilidad por el usuario.

Si los sistemas de aspiración local se diseñan, instalan y utilizan apropiadamente, pueden constituir un medio eficaz y económico de controlar las exposiciones a sustancias químicas.

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