miércoles, 1 de abril de 2020

HIGIENE EN EL LABORATORIO - Creación de un laboratorio seguro y sano Parte 3

Estas sustancias, cuando no se manipulan correctamente, pueden causar sin dificultad accidentes importantes que den lugar a lesiones graves, pérdidas de vidas o grandes daños materiales. Es necesario extremar las precauciones al utilizarlas. En esta clase se incluyen el tetracarbonilo de níquel (un líquido volátil extremadamente tóxico, cuyos vapores han sido letales en concentraciones tan bajas como 1 ppm) y el trietilaluminio (un líquido que prende espontáneamente al exponerse al aire y reacciona explosivamente con el agua).

Una de las tareas más importantes del comité de seguridad es redactar el plan de higiene química y seguridad del laboratorio, un documento exhaustivo en el que se describe con detalle su política en la materia y los procedimientos normalizados para llevar a cabo las operaciones del laboratorio y cumplir las obligaciones reglamentarias; se incluyen aquí las directrices sobre utilización de las sustancias comprendidas en cualquiera de las tres categorías de riesgo, inspección del equipo de seguridad y actuación en caso de vertido químico, la política de gestión de residuos químicos, las normas relativas a la calidad del aire y los registros exigidos por las disposiciones vigentes. El plan debe conservarse en el laboratorio y, en caso contrario, será de fácil acceso para todos los miembros de su plantilla. Otras fuentes de información impresa son las fichas de información química
[denominadas asimismo fichas técnicas de seguridad (FTS)], el manual de seguridad del laboratorio, los datos toxicológicos y la información sobre el riesgo de incendio. El inventario de sustancias químicas del laboratorio y las tres listas derivadas asociadas (clasificación en función de la clase química, el tipo de seguridad respecto a incendios y los tres grados de riesgo) también debe estar a disposición junto con las referencias anteriores.

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