martes, 31 de marzo de 2020

HIGIENE EN EL LABORATORIO - Creación de un laboratorio seguro y sano Parte 2

Toda sustancia química se incluye en una de las tres clases siguientes con arreglo a la magnitud del riesgo asociado en cada caso:
1. sustancias de riesgo ordinario;
2. sustancias de alto riesgo,
3. materiales extremadamente peligrosos.

Las sustancias de riesgo ordinario son aquellas relativamente fáciles de controlar, bien conocidas por el personal del labora- torio, que no generan riesgos poco habituales. En esta clase se incluyen desde las sustancias inocuas como el bicarbonato de sodio y la sacarosa, hasta el ácido sulfúrico concentrado, el etilenglicol y el pentano.
Las sustancias incluidas en la segunda clase generan riesgos mucho mayores que las comprendidas en la primer grupo. Exigen una manipulación especial y, en ocasiones, vigilancia, y se caracterizan por presentar un grave riesgo de incendio o explosión y para la salud. En este grupo figuran las sustancias químicas que forman compuestos inestables y explosivos en reposo (p. ej., hidroperóxidos formados por éteres), las que poseen toxicidades agudas (p. ej., el fluoruro de sodio, con una toxicidad oral en ratones de 57 mg/kg) y las que poseen toxicidades crónicas como los cancerígenos, los mutágenos o los teratógenos. Los elementos de este grupo presentan a menudo el mismo tipo de riesgo que los incluidos en el siguiente. La diferencia es de grado: las sustancias del grupo 3, materiales extremadamente peligrosos, generan riesgos más intensos, su magnitud es mucho mayor o sus efectos perniciosos se producen con mayor facilidad.


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