domingo, 12 de abril de 2020

Prevención de lesiones - Prevención de incendios y explosiones y extinción de incendios. Parte 1

La causa principal de incendio en un laboratorio es la ignición accidental de líquidos inflamables. En lo que respecta a la seguridad contra incendios, éstos se definen como aquellos líquidos con puntos de inflamación inferiores a 36,7 ºC. Las fuentes de ignición que provocan este tipo de suceso consisten en llamas desnudas, superficies calientes, chispas eléctricas generadas por interruptores y motores que forman parte de equipos como agitadores, frigoríficos domésticos y ventiladores eléctricos, y chispas producidas por electricidad estática. La ignición de un líquido inflamable no se produce en el líquido en sí, sino sobre éste, en la mezcla de sus vapores con el aire (cuando la concentración de vapor se encuentra entre ciertos límites superiores e inferiores).

La prevención de incendios en un laboratorio se basa en la retención completa de los vapores de líquidos inflamables en los recipientes que los contienen o en los aparatos en que son utilizados. Si esta retención completa no es posible, el coeficiente de fuga debe minimizarse en la medida de lo posible y debe suministrarse una corriente de aire continua y potente para eliminar dichos vapores, de forma que pueda mantenerse su concentración en todo momento muy por debajo del límite inferior de concentración crítica. Estos objetivos se cumplen cuando las reacciones en las que intervienen líquidos inflamables se llevan a cabo en campanas de humos y cuando los bidones que contienen estos líquidos se almacenan en cámaras con salida a un aparato aspirador.

Una práctica particularmente insegura es el almacenamiento de líquidos inflamables como el etanol en frigoríficos de tipo doméstico. Estos aparatos no mantienen los vapores generados lejos del contacto con las chispas generadas por sus interruptores, motores y relés. Por tanto, nunca deben conservarse recipientes de líquidos inflamables en este tipo de frigoríficos. Esta afirmación es especialmente válida en el caso de los recipientes y bandejas abiertos que contienen dichos líquidos. No obstante, incluso las botellas con tapones de rosca, guardadas en estos frigoríficos, han causado explosiones, supuestamente por la fuga de vapores a través de un cierre defectuoso o por la rotura de estos recipientes. Los líquidos inflamables que requieren refrigeración sólo se almacenarán en frigoríficos a prueba de explosiones.
Las chispas producidas por la acumulación de carga eléctrica debida al movimiento de un fluido constituyen un factor signifi- cativo causante de incendios, que actúa cuando se vierten o sifonan grandes cantidades de líquido inflamable de un bidón a otro. Este tipo de generación de chispas puede evitarse mediante la utilización de bidones con toma de tierra para descarga eléctrica.

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