– Dermatitis profesional de contacto como resultado de la exposición a diversos componentes de las pintu- ras y a disolventes; en particular, a hidrocarburos alifáticos y aromáticos, y a compuestos organo-halógenos;
– Irritación ocular (con posibilidad de daños permanentes de la capacidad visual) y del aparato respiratorio produ- cida por diversos componentes de la pintura, como el tolueno y los diisocia- natos de metileno;
– Intoxicaciones agudas, fundamental- mente como resultado de la inhalación de disolventes, sobre todo en espacios cerrados con una ventilación inadecuada. Las intoxicaciones leves tienen un efecto narcótico que reduce la vigilancia y aumenta de forma acusada el riesgo de caídas y otro tipo de accidentes, en ocasiones con consecuencias graves. Las intoxicaciones graves pueden resultar mortales;
– Intoxicación por fosgenos formados por diversos disolventes clorados en contacto con una fuente de calor en condiciones de combustión parcial;
– Intoxicación por plomo existente en pin- turas de imprimación y por otros componentes metálicos de las pinturas (p. ej., compuestos de mercurio y arsénico utilizados como fungicidas en las pinturas de látex, compuestos organoestánnicos presentes en las pinturas antivegetativas utilizadas en embarcaciones; cromato de cinc incluido en distintas pinturas de imprimación sin plomo, etc.);
– Intoxicación por sustancias decapantes de pintura como el cloruro de metileno o disolventes mezclados;
– Intoxicación producida por componentes peligrosos de la pintura, dependiendo del tipo utilizado (p. ej., formaldehídos en las pinturas que los contienen y melamínicas, resinas epóxidicas, diisocianato de tolueno y de metileno en las pinturas de poliuretano, etc.);
– Efectos neurotóxicos debidos al trabajo con pinturas que contienen disolventes con hexano normal o pigmenos de plomo.
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