torceduras y distensiones de las extremidades superiores y trastornos musculares y óseos en general, como resultado de la adopción de posturas inadecuadas, sobre todo al pintar techos;
– Tensión ocular padecida por los pintores de artículos de pequeño tamaño;
– Dolores de rodilla y lesiones del cartílago de la articulación;
– Molestias cardiorrespiratorias al utilizar equipos de protección respiratoria.
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