Se considera que un gas es inflamable cuando prende en presencia de aire u oxígeno. El hidrógeno, el propano, el butano, el etileno, el acetileno, el ácido sulfhídrico y el gas de carbón se encuentran entre los gases inflamables más comunes. Algunos como el cianuro de hidrógeno y el cianógeno son inflamables y tóxicos. Los materiales inflamables deben conservarse en lugares suficientemente frescos para evitar igniciones accidentales si los vapores se mezclan con el aire.
Los vapores de disolventes inflamables puede ser más pesados que el aire y moverse a ras de suelo hasta una fuente de ignición distante. Se han observado casos en los que los vapores inflama- bles generados por sustancias químicas derramadas han descen- dido por escaleras y huecos de ascensores y han prendido en pisos inferiores. Por tanto, es esencial la prohibición de fumar y de generar llamas desnudas en los lugares en que se manipulan o almacenan dichos disolventes.
Los bidones de seguridad portátiles aprobados constituyen los recipientes más seguros para almacenar sustancias inflamables. Los volúmenes de líquidos inflamables superiores a 1 litro deben depositarse en envases de metal. Habitualmente, se utilizan bidones de doscientos litros para transportar estas sustancias, pero estos recipientes no están concebidos para su almacena- miento a largo plazo. El tapón debe retirarse con cuidado y ser sustituido por una válvula de alivio de presión aprobada que evite el aumento de la presión interna debido al calor, el fuego o la exposición a la luz solar. Al transferir sustancias inflamables desde un equipo metálico, los trabajadores deben utilizar un sistema de traslado cerrado o disponer de una ventilación aspi- rante adecuada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario