Tras el contacto repetido con tricloroetileno líquido, puede producirse dermatitis grave (sequedad, enrojecimiento, aspereza y cuarteamiento de la piel), seguida de infección secundaria y sensibilización.
La IARC ha clasificado el tricloroetileno en el Grupo 2A como probable carcinógeno humano. Además, el sistema nervioso central es el principal órgano afectado por la toxicidad crónica. Conviene distinguir dos tipos de efectos: (a) el efecto narcótico del tricloroetileno y su metabolito tricloroetanol mientras se encuentran en el organismo; y (b) las secuelas a largo plazo como conse- cuencia de sobreexposiciones repetidas. Estas secuelas pueden durar varias semanas o incluso meses después de finalizar la exposición al tricloroetileno. Los principales síntomas son laxitud, mareo, irritabilidad, cefalea, trastornos digestivos, intolerancia al alcohol (embriaguez tras consumir pequeñas cantidades de alcohol, enrojecimiento de la superficie de la piel por vaso- dilatación síntoma conocido como “rubicundez de los desengrasadores”) y confusión metal. Estos síntomas pueden ir acompa- ñados de signos neurológicos de carácter menor (principalmente del cerebro y del sistema nervioso autónomo, rara vez de los nervios periféricos) y deterioro psicológico. En algunos casos se observan irregularidades del ritmo cardíaco y ligera afectación hepática. El efecto eufórico que produce la inhalación de triclo- roetileno puede provocar deseo de consumo, habituación y esnifado.
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