– Trastornos neurotóxicos como resultado de la exposición a disolventes alifáti- cos, aromáticos y clorados utilizados en la limpieza de metales;
– Intoxicación crónica debida a la exposición a diversos metales tóxicos pre- sentes en la soldadura, como es el caso habitualmente del plomo, cadmio, cinc, antimonio e indio (y, en especial, a los humos emitidos durante la solda- dura) o en las escorias y productos de desecho generados en las operaciones de soldeo;
– Efectos coronarios perjudiciales derivados de la inhalación crónica de peque- ñas cantidades de monóxido de carbono en ciertas operaciones de soldadura con soplete;
– Intoxicación por sustancias emitidas al limpiar o soldar con estaño o cobre pie- zas pintadas (p. ej., isocianatos).
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