sábado, 8 de septiembre de 2012

SOLDADOR: Informac. complementaria

1. De acuerdo con los informes publicados, los soldadores se exponen a un mayor riesgo de padecer neumoconiosis (y, en particular, siderosis), cáncer de varios tipos
(p. ej., de hígado, nasal, sinonasal y de estómago) y posibles pérdidas auditivas debidas al efecto combinado del ruido y el contacto con monóxido de carbono.
2. Los hombros y el cuello de los soldadores quedan expuestos en gran medida a la acción de las chispas y del calor.

3. La exposición a humos constituye el principal riesgo químico en la mayoría de los procesos de soldadura. Estos humos se forman en el aire al enfriarse y condensarse las sustancias volatilizadas por el calor en el proceso de soldadura y son generados por los metales de base soldados, por los electrodos y sus revestimientos, las varillas de aportación, los fundentes, etc., utilizados al trabajar, así como por los materiales “extraños”, como los metales y capas de pintura presentes en el metal de base, los residuos de los materiales de limpieza y otros. Como norma, el tamaño de las partículas de los humos es micrométrico o submicrométrico, pero éstas pueden fusionarse y formar agregados mayores. La mayoría de las partículas de humo son “respira- bles” y, por tanto pueden penetrar profundamente en el sistema respira- torio y depositarse en el mismo. Los humos de soldadura suelen contener óxidos de los metales sobre los que se trabaja (en especial, en el caso del acero, el hierro, el cromo, el níquel, el manganeso, el vanadio y otros) y de los electrodos, silicio, aluminio, magnesio y óxidos alcalinos y alcalinoterrosos (sobre todo de bario), y pueden incluir cantidades sustanciales de fluoridos y productos de descom- posición y residuos de pintura, aceite y disolvente. Los humos producidos al utilizar electrodos toriados contienen óxido de torio. Al soldar metales no ferrosos, los humos generados pueden contener óxidos de éstos y pequeñas cantidades de impurezas altamente tóxicas, como compuestos de arsénico y antimonio. La cantidad de humos formados depende del tipo de proceso de solda- dura, pero pueden alcanzarse niveles de 2-3 g/min o incluso superiores
(p. ej., en la soldadura con arco eléctrico manual o con electrodos con núcleo de fundente).



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