jueves, 17 de febrero de 2011

Peróxido de hidrógeno (II)

La descomposición del peróxido de hidrógeno es un proceso continuo que tiene lugar incluso a velocidad lenta cuando el compuesto está inhibido y, por tanto, debe almacenarse en un lugar adecuado y en envases ventilados. El peróxido de hidró- geno de grado alto es un producto altamente energético. Cuando se descompone en oxígeno y agua, se libera gran cantidad de calor, lo que produce a su vez un aumento de la velocidad de la descomposición. La velocidad se multiplica por casi 2,2 veces con cada 10 ºC de aumento de la temperatura entre 20 y 100 ºC. Aunque las soluciones puras de peróxido de hidrógeno no suelen ser explosivas a presión atmosférica, las concentraciones de vapor del peróxido de hidrógeno en equilibrio por encima de 26 mol % (40 % en peso) se hacen explosivas a temperaturas por debajo del punto de ebullición del líquido.
Puesto que el compuesto es un oxidante muy potente, cuando se derrama sobre materiales combustibles puede provocar un incendio. Cuando el peróxido se mezcla con compuestos orgá- nicos incompatibles (la mayoría), puede producirse una detona- ción. Las soluciones con concentraciones inferiores al 45 % se dilatan al congelarse, mientras que las que tienen una concentración superior al 65 %, se contraen. Cuando se produce una descomposición rápida cerca de materiales combustibles, puede ocurrir una detonación con exposiciones que causen irritación intensa de la piel, los ojos y las mucosas. Las soluciones de peróxido de hidrógeno superiores al 8 % se clasifican como líquidos corrosivos.
El peróxido de hidrógeno no es en sí mismo inflamable, pero puede causar la combustión espontánea de sustancias inflamables y mantener la combustión, puesto que libera oxígeno al descom- ponerse. Aunque no se considera una sustancia explosiva, cuando se mezcla con productos químicos orgánicos pueden formarse compuestos peligrosos sensibles a los impactos. Los materiales con catalizadores metálicos pueden provocar una descomposición explosiva del peróxido de hidrógeno.
La contaminación del peróxido de hidrógeno con metales como cobre, cobalto, manganeso, cromo, niquel, hierro y plomo, y sus sales, o con polvo, suciedad, aceites, distintas enzimas, herrumbe y agua no destilada, aumenta la velocidad de descomposición. Con la descomposición se libera oxígeno y calor. Cuando la solución se diluye, el calor que se genera es rápidamente absorbido por el agua. En soluciones más concentradas, el calor aumenta la temperatura de la solución y la velocidad de descomposición, con el consiguiente peligro de explosión. La contaminación con materiales que contienen catalizadores metá- licos puede causar una descomposición inmediata y una ruptura explosiva del envase si éste no está debidamente ventilado. El uso de peroxidisulfato amónico para la producción de peróxido de hidrógeno entraña un riesgo de sensibilización bronquial y cutánea.

No hay comentarios:

Publicar un comentario