lunes, 28 de febrero de 2011

Aluminio Riesgos (II)

Estudios recientes sobre el efecto para la salud de la exposi- ción a niveles elevados (100 mg/m3) de óxidos de aluminio entre los trabajadores que participan en el proceso Bayer (descrito en el capítulo Metalurgia y metalistería) demuestran que los trabaja- dores con más de veinte años de exposición pueden desarrollar alteraciones pulmonares, que se caracterizan clínicamente por cambios restrictivos leves y predominantemente asintomáticos en la función pulmonar. Las radiografías torácicas mostraron opacidades pequeñas, irregulares y poco abundantes, especial- mente en la base de los pulmones. Esta respuesta clínica se han atribuido al depósito del polvo en el parénquima pulmonar como resultado del alto grado de exposición profesional. Estos signos y síntomas no se pueden comparar con la respuesta extrema de la enfermedad de Shaver. Es importante señalar que otros estudios epidemiológicos realizados en el Reino Unido sobre el alto grado de exposición al óxido de aluminio en la industria de la alfarería no han encontrado indicios de que la inhalación del polvo de alúmina produzca signos químicos o radiológicos de enfermedad o alteración de la función pulmonar. Los efectos toxicológicos de los óxidos de aluminio siguen teniendo un gran interés por su importancia comercial. Los resultados de los estudios en animales con frecuencia se contradicen. Oxido de aluminio muy fino (0,02 ma 0,04 m) y catalíticamente activo, que no suele utilizarse comercialmente, indujo cambios pulmonares en los animales a los que se les inyectó directamente en las vías aéreas pulmonares. No se han obser- vado efectos con dosis más bajas.
Asimismo, es importante señalar que el llamado “asma de los alfareros”, observado con frecuencia entre los trabajadores que participan en las operaciones de proceso del aluminio, probable- mente pueda atribuirse a la exposición a fundentes con fluo- ruros, más que al propio polvo de aluminio.
La Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC) ha clasificado la producción de aluminio como una situación del Grupo 1: exposición humana cancerígena conocida. Igual que en las enfermedades antes descritas, la carcinogenicidad probablemente pueda atribuirse a otras sustan- cias presentes (por ejemplo, hidrocarburos aromáticos policí- clicos y polvo de sílice), aunque se desconoce el papel exacto desempeñado por el polvo de óxido de aluminio.
Se ha observado la absorción de niveles elevados de aluminio y daños en el tejido nervioso en individuos que requieren diálisis renal. Esos elevados niveles de aluminio llegan a producir daños cerebrales graves, e incluso fatales. Sin embargo, esta respuesta también se ha observado en pacientes sometidos a diálisis que no presentaban unos niveles cerebrales de aluminio elevados. No se ha logrado replicar esta respuesta cerebral en los experimentos con animales, ni tampoco la enfermedad del Alzheimer, que también se ha relacionado con este tema en la literatura. Los estudios epidemiológicos y clínicos de seguimiento sobre este tema no son concluyentes y no se han observado indicios de este tipo de efectos en varios estudios epidemiológicos realizados a gran escala entre trabajadores del aluminio.

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