domingo, 26 de febrero de 2017

Riesgos Oxidación. (I)

El riesgo de oxidación es obvio en el caso del oxígeno, que es uno de los gases comprimidos más importantes. Este elemento no prende por sí solo, pero es necesario para la combustión. El aire norma contiene un 21 % de oxígeno en volumen.
Todos los materiales combustibles prenden con mayor faci- lidad y se queman con mayor fuerza cuando aumenta la concen- tración de oxígeno. Así ocurre incluso en el caso de que el aumento sea moderado y, por tanto, deben adoptarse las máximas precauciones para evitar el enriquecimiento de oxígeno en la atmósfera del lugar de trabajo. En espacios restrin- gidos, pequeñas fugas de oxígeno pueden dar lugar a incrementos de la concentración peligrosos.
El riesgo asociado al oxígeno se agrava con el aumento de la presión, hasta un punto en el que muchos metales prenden con fuerza. Los materiales divididos en múltiples fragmentos puede prender en oxígeno con una fuerza explosiva. Las ropas satu- radas con este elemento se queman con suma rapidez y resultan difíciles de apagar.
El aceite y la grasa siempre se han considerado peligrosos en combinación con el oxígeno. La razón es su facilidad para reac- cionar con éste, su abundancia, la baja temperatura suficiente para su ignición y la posibilidad de que el calor desarrollado prenda el metal al que recubren. En los equipos de oxígeno a alta presión, la temperatura necesaria para la ignición puede alcanzarse con facilidad mediante el shock de comprensión que puede derivarse de una apertura rápida de una válvula
(compresión adiabática).

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