Los criterios de clasificación de los productos químicos deberían basarse en los riesgos físicos y para la salud que entrañan dichos productos, entre ellos:
(a) propiedades tóxicas, incluidos los efectos agudos y crónicos sobre la salud en cualquier parte del cuerpo;
(b) características químicas o físicas, incluidas sus propiedades inflamables, explosivas, comburentes y aquellas que puedan provocar reacciones peligrosas;
(c) propiedades corrosivas e irritantes;
(d) efectos alérgicos y sensibilizantes;
(e) efectos cancerígenos;
(f) efectos teratógenos y mutágenos;
(g) efectos sobre el sistema reproductor.
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