El fenol se absorbe fácilmente a través de la piel y por vía digestiva, en tanto que los vapores de este producto lo hacen también con rapidez por vía pulmonar. Tras la absorción de una dosis subletal, la mayor parte del fenol se oxida o conjuga con ácido sulfúrico, ácido glucurónico y otros ácidos, y se excreta con la orina en forma de fenol “conjugado”. Una pequeña parte se excreta como fenol “libre”. Los efectos tóxicos del fenol están directamente relacionados con la concentración de fenol libre en la sangre.
En el ser humano, la intoxicación aguda de fenol produce vasodilatación, depresión cardíaca, hipotermia, coma y parada respiratoria. La ingestión de fenol causa un dolor abdominal intenso y quemaduras en la boca. También puede ocasionar insu- ficiencia renal aguda. En animales, los síntomas de intoxicación aguda son muy similares, con independencia del lugar o el modo de administración de este compuesto. Los efectos predominantes se ejercen en los centros motores de la médula espinal, produ- ciendo temblores y fuertes convulsiones. En la actualidad, el número de casos notificados de intoxicación crónica por fenol es comparativamente menor. Los casos graves se caracterizan por trastornos sistémicos, como problemas digestivos con vómitos, dificultad para tragar, ptialismo, diarrea y anorexia; trastornos nerviosos, con cefalea, fatiga, vértigo y alteración mental; y posiblemente ocronosis y erupción cutánea. El pronóstico es grave
cuando se producen lesiones extensas en el hígado y los riñones. La ingestión de una dosis de 1 g de fenol es letal para el ser humano. Casi todos los segundos casos notificados de intoxica- ción aguda por fenol (en una misma persona) han tenido conse- cuencias mortales.
En términos generales, los síntomas de la intoxicación por di
y trihidroxifenoles (resorcinol, hidroquinona, pirogalol) son similares a los del fenol, si bien la acción antipirética del resorcinol es más marcada que la del fenol. La aplicación cutánea de soluciones o pomadas con un 3-5 % de resorcinol produce hiperemia local, dermatitis pruriginosa, edema y destrucción de las capas superfi- ciales de la piel. La dosis letal aproximada de resorcinol en solu- ción acuosa para los conejos es 0,75 g/kg, y para las ratas y cobayas, 0,37 g/kg. La hidroquinona es más tóxica que el fenol. Se han comunicado dosis letales de 0,2 g/kg (conejo) y 0,08 g/kg
(gato). La aplicación dérmica de pirogalol produce destrucción e irritación de la piel. Los contactos repetidos pueden llegar a producir sensibilización de la piel. Los síntomas observados en intoxicaciones agudas de seres humanos son similares a los que aparecen en los animales de experimentación, entre ellos vómitos, hipotermia, temblores ligeros, debilidad, descoordinación muscular, diarrea, pérdida de reflejos, coma, asfixia
y muerte por insuficiencia respiratoria. La dosis letal estimada de pirogalol acuoso es de 1,1 g/kg (por vía oral) para el conejo, 0,35 g/kg (por vía subcutánea) para el gato y el perro, y 0,09 g/kg (por vía intravenosa) para el perro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario