El pirrol es un líquido inflamable que, al arder, libera óxidos de nitrógeno peligrosos. Este producto ejerce una acción depresora sobre el sistema nervioso central y, en caso de intoxicación grave, provoca lesiones hepáticas. Aunque se dispone de poca información sobre el grado de riesgo laboral de esta sustancia, siempre deben adoptarse medidas de protección y prevención contra incendios y se dispondrá de los medios adecuados para su extinción. Las personas que participen en la extinción de un incendio relacionado con el pirrol deberán utilizar equipos de protección respiratoria.
Existe también poca información sobre la exposición humana a pirrolidina. Su administración prolongada en ratas produjo disminución de la diuresis, inhibición de la espermatogénesis, disminución de la hemoglobinemia y excitación nerviosa. Como ocurre con muchos compuestos nitrogenados, la acidez del estómago puede hacer que la pirrolidina se transforme en N-nitroso- pirrolidina, un compuesto que ha demostrado ser cancerígeno para los animales de laboratorio. Algunos trabajadores expuestos a esta sustancia han sufrido cefalea y vómitos.
El líquido puede desprender concentraciones inflamables de vapor a temperaturas de trabajo normales y, en consecuencia, en aquellas zonas donde se utilice deberán eliminarse todas las llamas desnudas y demás agentes que puedan inflamar los vapores. Al arder, la pirrolidina desprende óxidos de nitrógeno peligrosos, y las personas expuestas a estos productos de combustión deben utilizar equipos adecuados de protección respiratoria. Para prevenir la diseminación del líquido en caso de accidente, habrá que construir muros y brocales alrededor de los tanques de almacenaje y de los vasos de reacción.
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