Estos compuestos son menos volátiles y menos tóxicos que el óxido de propileno. Los principales efectos adversos descritos en el hombre son irritación de los ojos, los conductos nasales y la piel. En animales se han observado también problemas respiratorios, hemorragia pulmonar, nefrosis y lesiones de la cavidad nasal con la exposición aguda a concentraciones muy elevadas de 1,2-epoxibutano, pero no ha podido demostrarse claramente que esta sustancia tenga efectos teratogénicos. La IARC ha decidido que las pruebas que existen del potencial carcinogénico del 1,2-epoxibutano en animales de experimentación son insuficientes.
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