miércoles, 16 de enero de 2008

EXTERMINADOR DE PLAGAS: Riesgos de accidente



– Aumento del riesgo de accidente de tráfico debido a las períodos prolongados de conducción de vehículos cargados en exceso que, con
frecuencia, arrastran remolques y equipos mecánicos de pulverización sobre carreteras en el campo con el firme en mal estado y en condiciones metereológicas desfavorables;
– Riesgos vinculados a los vuelos a bordo de aeronaves ligeras (incluidos helicópteros) a poca altitud (habitual en el caso de los exterminadores de plagas que reali- zan operaciones aéreas), como los accidentes de aviación y la exposición a los pesticidas al transportar éstos en la cabina e impregnarse en ropas y calzado, al atravesar en vuelo una nube de sustancias pulverizadas (nubes a la deriva), co- mo resultado de la fuga de depósitos de alimentación, etc.;
– Riesgos para el personal en tierra que participa en la aplicación aérea de pesti- cidas (cargadores, señalizadores, trabajadores agrarios, etc.), como la posibilidad de ser golpeados por las aeronaves en el

momento del despegue, el aterrizaje, al rodar por la pista o en vuelos a escasa altitud; la exposición accidental a pesti- cidas a consecuencia del siniestro de una aeronave cargada con estos pro- ductos, la fuga de los depósitos, etc.;
– Posibilidad de ser atropellado por un tren al exterminar plagas entre los raí- les de una vía férrea;
– Resbalones, tropiezos y caídas (sobre superficies deslizantes y contra obstá- culos, sobre todo al llevar máscaras protectoras que limitan el campo de vi- sión); caídas de los ayudantes del exterminador desde el equipo remolcado; caídas de plataformas elevadas y escaleras, en especial al transportar recipientes y otras cargas pesadas;
– Caída de cargas pesadas, sobre todo de recipientes, sobre los pies de los trabajadores;
– Punzadas y cortes causados por objetos afilados;
– Tropiezos con objetos afilados abando- nados al efectuar operaciones de pulve- rización sobre el terreno;
– Explosión de recipientes de pulveriza- ción sometidos a una presión excesiva, lo que da lugar a la salpicadura de pes- ticidas que pueden alcanzar al operador;
– Mordeduras de serpiente o picaduras de avispas o abejas sufridas al llevar a cabo trabajos de pulverización sobre el terreno;
– Hernias como resultado de un esfuerzo físico excesivo al izar y transportar cargas pesadas;
– Intoxicación aguda al aplicar pesticidas
(en especial a causa de la inhalación de aerosoles sin llevar máscara de protec ción, lo que puede resultar mortal), o como consecuencia de derrames e incendios en el transporte y almacenamiento de estos productos;
– Contaminación o intoxicación accidental de los exterminadores al mezclar pesticidas peligrosos en concentraciones muy elevadas;
– Salpicaduras de pesticidas sobre la cara y las manos al preparar formulaciones de los mismos;
– Inhalación accidental de pesticidas pulverizados (causada por un cambio re- pentino en la dirección del viento o por una máscara de protección selectiva in- suficiente y conservada deficientemente, etc.)
– Ingestión accidental de pesticidas líquidos confundidos con agua, o de agua de riego contaminada con estos productos (en ocasiones, puede afectar a los trabajadores agrarios y, en particular, a los niños, que no participan directamente en los trabajos de exterminación, pero que se encuentran en el lugar donde se realizan), o bien a
causa del contacto o la utilización de recipientes de pesticida vacíos y abandonados;
– Quemaduras como resultado de una exposición excesiva de la piel a los pesticidas sin utilizar protección (p. ej., a soluciones de dibromuro de dicuat);
– Descargas eléctricas causadas por el contacto con equipos electromecánicos defectuosos;
– Riesgos eléctricos al exterminar plagas en las inmediaciones de torres metálicas pa- ra líneas de alto voltaje;
– Intoxicación aguda como resultado de la emisión a la atmósfera de compuestos peligrosos (p. ej., HCN, SO2, NOx) durante la quema accidental (incendios o explosiones) o intencionada (debida a una actuación poco fundamentada) de
pesticidas o de sus recipientes en establecimientos de fabricación, almacenamiento, formulación o similares o en los lugares de aplicación;
– Irritaciones cutáneas y oculares, opresión en el pecho, náuseas, entumecimiento de extremidades, asfixia, etc. en bomberos que participan en labores de extinción de incendios relacionados con pesticidas.

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