jueves, 18 de agosto de 2016

Riesgos Sulfatos y sulfuros El dimetil sulfato

El dimetil sulfato es un tóxico extremadamente peligroso. La toxi- cidad se deriva de sus propiedades alquílicas y su hidrólisis a ácido sulfúrico y alcohol metilo. El líquido es muy irritante para la piel y las mucosas. En contacto con la piel produce ampollas que suelen curar lentamente, a veces con formación de costras. El entumecimiento puede durar varios meses. La irritación de los ojos produce lagrimeo, sensibilidad a la luz (fotofobia), conjunti- vitis y queratitis; en casos graves se han producido opacidades en la córnea y pérdida permanente de visión. Además de la irrita- ción aguda del tracto respiratorio, puede aparecer edema pulmonar diferido, bronquitis y neumonitis. El efecto del vapor en las terminaciones de los nervios trigémino, laríngeo y vago ocasiona a veces bradicardia o taquicardia y vasodilatación pulmonar.
Rara vez se han observado efectos a largo plazo y estos suelen limitarse a dificultades respiratorias y oculares.
Se ha demostrado que el dimetil sulfato es carcinógeno en la rata, tanto de forma directa como tras la exposición prenatal. La inhalación de 1 ppm origina la excreción urinaria de metilpu- rinas, lo que demuestra la existencia de un proceso de alquilación inespecífica del ADN. La Agencia Internacional para la Investi- gación sobre el Cáncer (IARC) ha clasificado al dimetilsulfato como un compuesto químico del Grupo 2A, probablemente cancerígeno para el ser humano.

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