Para funcionar eficazmente, la entrada de aire de una campana exterior debe tener un diseño geométrico adecuado y situarse cerca del lugar de emisión de sustancias químicas. La distancia de separación dependerá del tamaño y de la forma de la campana y de la velocidad del aire necesaria en la fuente de generación para capturar el contaminante y atraerlo hacia la campana. En general, cuanto más cerca de la fuente de generación, mejor. Las velocidades de los modelos frontales y de rendija suelen oscilar entre 0,25 y 1,0 y 5,0 y 10,0 m/s, respectivamente. Se ofrecen numerosas directrices en cuanto al diseño de este tipo de campanas de aspiración en el capítulo 3 del manual de la ACGIH (ACGIH 1992) y en Burgess, Ellenbecker y Treitman (1989). Dos tipos de campanas exteriores de aplicación frecuente son las de “techo” y las de “rendija”.
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