El 2,4-D posee una toxicidad dérmica moderada y riesgo de irritación cutánea en las personas expuestas. Es muy irritante para los ojos. Las exposiciones agudas de los trabajadores provocan cefalea, mareos, náuseas, vómitos, hipertermia, hipo- tensión, leucocitosis y lesiones cardíacas y hepáticas. La exposi- ción ocupacional crónica sin protección puede causar náuseas, alteraciones de la función hepática, dermatitis tóxica de contacto, irritación de las vías respiratorias y de los ojos, así como cambios neurológicos. Algunos de los derivados del 2,4-D son embriotóxicos y teratogénicos en animales de experimenta- ción solamente a dosis elevadas.
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