jueves, 20 de mayo de 2010

COMPUESTOS EPOXIDICOS El óxido de etileno (OTE). (II)

El potencial carcinogénico del óxido de etileno se ha demos- trado en varios modelos animales. La IARC lo ha clasificado en el Grupo 1 (carcinógeno humano conocido). La inhalación prolongada de óxido de etileno en ratas y monos produce leucemia, mesotelioma peritoneal y algunos tumores cerebrales. Los estudios de exposición en ratones han asociado la exposición por inhalación con cánceres pulmonares y linfomas. Tanto el National Institute of Occupational Safety and Health (NIOSH) como la Occupational Safety and Health Administration (OSHA) de Estados Unidos consideran que el óxido de etileno es cancerígeno para el hombre. El NIOSH llevó a cabo un estudio a gran escala en el que participaron más de 18.000 trabajadores expuestos a óxido de etileno durante un período de 16 años y concluyó que, en la población expuesta, la tasa de cánceres de sangre y linfomas era superior a la esperada. Sin embargo, estu- dios posteriores no han encontrado una mayor incidencia de estos cánceres en los trabajadores expuestos. Uno de los princi- pales problemas de estos estudios, y una de las posibles causas de su naturaleza contradictoria, es la imposibilidad de cuantificar con exactitud los niveles de exposición. Por ejemplo, la mayor parte de los estudios sobre los efectos carcinogénicos del óxido de etileno en el hombre se han centrado en el personal encargado de la esterilización de los hospitales. Es más que probable que las personas que realizaban este tipo de trabajo antes del decenio de 1970 experimentaran una mayor exposición al gas de óxido de etileno debido a la tecnología existente y a la ausencia de medidas de control en aquella época. (Las medidas de seguridad para el uso del óxido de etileno en los centros sanitarios se comentan en el Capítulo Centros y servicios de asistencia sanitaria de este mismo volumen).
Se ha visto también que el óxido de etileno tiene efectos adversos en el sistema reproductor tanto de animales como del hombre. En machos y hembras de ratón y rata expuestos a óxido de etileno, las mutaciones letales dominantes en las células repro- ductoras determinaron un aumento de la tasa de mortalidad embrionaria en las crías. Algunos estudios han asociado la exposi- ción a óxido de etileno con una mayor tasa de abortos en el hombre.
Se han descrito también efectos adversos neurológicos y neuro- psiquiátricos derivados de la exposición al óxido de etileno tanto en animales como en el hombre. Las ratas, conejos y monos expuestos a 357 ppm de OTE durante un período de 48 a 85 días desarrollaron deficiencias en las funciones sensoriales y motoras, así como desgaste muscular y debilidad de las extremidades posteriores. Un estudio demostró que los trabajadores expuestos
a OTE mostraban deficiencias en la respuesta sensorial a la vibración e hipoactividad en los reflejos tendinosos profundos. No se ha demostrado claramente que las personas expuestas durante largos períodos de tiempo a concentraciones bajas de óxido de etileno sufran trastornos neuropsiquiátricos. Algunos estudios y un volumen cada vez mayor de pruebas anecdóticas sugieren que el OTE induce una disfunción del SNC y deficien- cias cognitivas como, por ejemplo, dificultad para pensar, problemas de memoria y tiempos de reacción más lentos en algunos tipos de pruebas.
Un estudio de personas expuestas a óxido de etileno en un entorno hospitalario ha indicado una asociación entre la exposi- ción y el desarrollo de cataratas.
Otro riesgo relacionado con la exposición al óxido de etileno es la posibilidad de que se forme etilenclorhidrina (2-cloroetanol) en presencia de humedad y de iones cloro. La etilenclorhidrina ejerce una intensa acción tóxica generalizada y algunas personas han muerto como consecuencia de la exposición a sus vapores.
El tetrahidrofurano (THF) forma peróxidos explosivos en contacto con el aire. Las explosiones pueden ocurrir también cuando el compuesto entra en contacto con aleaciones de litio-aluminio. Sus vapores y peróxidos irritan las mucosas y la piel y la sustancia es un potente narcótico.
Aunque se dispone de información limitada sobre la exposición industrial a THF, los investigadores que han realizado experi- mentos con este compuesto en animales sufrieron fuertes cefaleas occipitales y embotamiento después de cada experimento. Los animales expuestos a dosis letales de tetrahidrofurano cayeron rápidamente en narcosis, acompañada de hipotonía muscular y supresión de los reflejos de la córnea, coma y muerte. La exposición a dosis tóxicas únicas produjo desvanecimiento, irritación de las mucosas con salivación y mucosidad abundante, vómitos, una marcada disminución de la presión sanguínea y relajación muscular, seguido por un sueño prolongado. En general, los animales se recuperaron de estas dosis y no mostraron indicios de cambios biológicos. Tras la exposición reiterada se observó irrita- ción de las mucosas y, en algunos casos, alteraciones renales y hepáticas. Las bebidas alcohólicas potencian el efecto tóxico de esta sustancia.


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