sábado, 11 de abril de 2009

Nitrilos: Acrilonitrilo

El acrilonitrilo produce asfixia química, al igual que el cianuro de hidrógeno. Irrita la piel y las mucosas, y puede causar lesiones graves en la córnea si no se lavan los ojos rápidamente con agua abundante. La Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC) ha clasificado esta sustancia como un carcinógeno del Grupo 2A (probable carcinógeno humano) basándose en pruebas limitadas de carcinogenicidad en el hombre y pruebas suficientes de carcinogenicidad en animales.
El acrilonitrilo se puede absorber por inhalación o por vía percutánea. En los casos de exposición gradual, las víctimas muestran niveles significativos de cianuro en la sangre ya antes de que aparezcan los síntomas. Estos síntomas se producen por anoxia de los tejidos y consisten, en orden aproximado de apari- ción, en: debilidad de las extremidades, disnea, sensación de quemazón en la garganta, mareo, confusión mental, cianosis y náuseas. En los últimos estadios puede producirse colapso, respiración irregular, convulsiones y parada cardíaca súbita. Algunos pacientes padecen histeria o se muestran agresivos, pudiendo indicar este tipo de alteraciones de la conducta una intoxicación por acrilonitrilo.
La irritación de la piel por contacto reiterado o prolongado con acrilonitrilo puede tardar varias horas en aparecer. Debido a que esta sustancia atraviesa fácilmente el cuero y las prendas de vestir, puede causar ampollas a menos que las prendas contaminadas se retiren rápidamente y se lave la zona de piel en contacto con estas prendas. Las ropas de goma debe inspeccionarse y lavarse con frecuencia, debido a que se ablandan y se hinchan.
El acrilonitrilo comporta un riesgo considerable de incendio y explosión. El bajo punto de ignición de esta sustancia determina la posibilidad de que se produzcan vapores suficientes a tempera- turas normales como para formar una mezcla inflamable con el aire. El acrilonitrilo se polimeriza espontáneamente por efecto de la luz solar o el calor, pudiendo causar una explosión, incluso aunque se mantenga en envases cerrados. Por ello, nunca debe almacenarse sin haber sido inhibido. El peligro de incendio y explosión se intensifica por la naturaleza letal de los humos y vapores emitidos, como amoniaco y cianuro de hidrógeno.

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