sábado, 4 de abril de 2009

MANIPULIDOR DE ANIMALES: Riesgos biológicos

– Infecciones debidas al contacto con animales enfermos o portadores de patógenos, o causadas por la exposición a patógenos en suspensión en el aire, que dan lugar al desarrollo de enfermedades contagiosas (zoonosis), como el ántrax, blastomicosis, brucelosis (fiebrede Malta), virus B (enfermedad B de los simios), fiebre por mordedura de gato, equinococosis (hidatidosis), encefalitis, enteritis (adquirida zoonóticamente), erisipeloide, muermo, anquilostomiasis, leptospirosis, enfermedad del virus de Orf, ornitosis, pasteurelosis, peste, pseudovacuna, psitacosis, infecciones piogénicas, fiebre Q, rabia, fiebre por mordedura de rata, enfermedades hemorrágicas virales (fiebres de Rift Valley), enfermedades por tiña, salmonelosis, enfermedad de los porqueros, enfermedades por tenia, toxoplasmosis, tuberculosis (bovina), tularemia, fiebre tifoidea, etc., así como otras enfermedades relacionadas con parásitos protozoicos, rickettsias y clamidias, infecciones virales y fúngicas, etc.;
– Alergias debidas al contacto con animales de laboratorio (incluidas: asma de origen profesional, alveolitis alérgica, bronquitis, pneumonitis, rinitis, erupciones cutáneas, etc.) y enfermedades de las vías respiratorias causadas por la inhalación de polvo de alimentos de consumo animal que contienen diversos microorganismos y sus esporas, pelos animales
(que producen la enfermedad del pulmón de peletero), residuos de aves (que causan la enfermedad del pulmón de criador de palomas), etc.;
– Disfunciones pulmonares en trabajadores que prestan sus servicios en instalaciones de producción animal, debidas a la acción de diversos agentes, como la toxicidad por sulfuro de hidrógeno, la bronquitis, el asma no alérgica, el síndrome tóxico por polvo orgánico (ODTS); la irritación de membranas mucosas, así como de bioaerosoles y endotoxinas
– Efectos respiratorios debidos a la acción del polvo y de las endotoxinas en los trabajadores dedicados a la alimentación animalya la cría de animales de pelo;
– Exposición de los trabajadores dedicados a la alimentación animal a aflatoxinas cancerígenas (causantes de cáncer de hígado primario);
– Riesgos de cáncer debidos a los agentes cancerígenos presentes en pesticidas, medicamentos de consumo animal, etc.;
– Efectos agudos para la salud causados por diversos productos insecticidas utilizados por los manipuladores de animales;
– Aumento del riesgo de contraer fiebre hemorrágica adquirida en laboratorio con síndrome renal provocada por ratas de laboratorio infectadas;
– Eccemas y dermatitis de contacto de origen profesional;
– Aumento del riesgo de desarrollar leucemia linfática crónica y linfoma no de Hodgkin en criadores de animales;
– Diversas infecciones sépticas;
– Desarrollo de la enfermedad (viral) del síndrome de las vacas locas.

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