domingo, 22 de febrero de 2009

Riesgos: Etilenglicol dinitrato (EGDN).

Cuando el etilenglicol dinitrato se introdujo por primera vez en la industria de la dinamita, los únicos cambios observados fueron similares a los que afectaban a los trabajadores expuestos a nitroglicerina: cefalea, sudoración, rubor facial, hipotensión arterial, palpitaciones y mareo, sobre todo al iniciar el trabajo los lunes por la mañana o después de una baja laboral. El EGDN, que es absorbido por el tracto respi- ratorio y la piel, ejerce una marcada acción hipotensora aguda. Cuando empezaron a producirse algunos casos de muerte súbita entre los trabajadores de la industria de los explosivos, nadie sospechó en un principio el origen profesional de esos accidentes hasta que, en 1952, Symansky atribuyó numerosos casos de mortalidad ya observados en las fábricas de dinamita de Estados Unidos, Reino Unido y la República Federal de Alemania a into- xicación crónica por EGDN. Posteriormente se observaron, o al menos se sospecharon, otros casos en varios países, como Japón, Italia, Noruega y Canadá.
Después de un período de exposición que a menudo varía entre 6 y 10 años, los trabajadores expuestos a mezclas de nitro- glicerina y EGDN pueden presentar dolor súbito torácico, seme- jante al de la angina de pecho, y/o morir súbitamente, habitualmente entre 30 y 64 horas después de finalizar la exposi- ción, durante el sueño o después de realizar los primeros esfuerzos físicos del día al llegar al lugar de trabajo. La muerte es, en general, tan repentina que normalmente no se puede realizar un examen minucioso de las víctimas durante el ataque.
El tratamiento de urgencia con dilatadores coronarios y, en particular nitroglicerina, no es efectivo. En la mayor parte de los casos la autopsia dio resultados negativos y, aparentemente, las lesiones miocárdicas y coronarias no eran más prevalentes ni extensas que en la población general. Los electrocardiogramas

también han dado resultados decepcionantes. Desde un punto de vista clínico, se ha observado hipotensión sistólica, más señalada durante las horas de trabajo, acompañada de aumento de la presión diastólica, a veces con signos modestos de hiperexcitabilidad del sistema piramidal; con menos frecuencia se han observado signos de acrocianosis, con algunos cambios en la reacción vasomotora. Se han descrito también casos de parestesia perifé- rica, particularmente por la noche, atribuidos a espasmos arteriales y/o neuropatías periféricas, así como algunos casos de sensibilización cutánea.

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